Las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las entidades sociales desempeñan un papel invaluable en la sociedad, abordando problemáticas y desafíos que a menudo no son atendidos por el sector privado o el gobierno. No obstante, si hay un aliado estratégico para la innovación y la sostenibilidad en los proyectos sociales, es la tecnología.

La tecnología ha surgido como un puente revolucionario que cuenta con el potencial para elevar y digitalizar las acciones y los resultados de las organizaciones. En los últimos años, este puente lo han estado tendiendo muchas startups, a partir de proyectos que están jugando un papel importante al acercar estos nuevos modelos al sector social, ofreciendo transparencia y trazabilidad en el sector social.

En la era digital en la que vivimos, la tecnología ha transformado la forma en que interactuamos, trabajamos y desarrollamos nuestras actividades pero debemos ser muy conscientes del uso que le damos a esta para poder implantarla de forma lógica y sobre todo, constructiva. Es responsabilidad de las empresas y organizaciones transmitir de manera didáctica y accesible los conceptos y beneficios de estos nuevos modelos. Al desmitificar su uso y explicar sus aplicaciones prácticas, se puede superar la resistencia al cambio y fomentar su adopción en sectores tan trascendentales como el de la ayuda social. Porque solo es progreso si progresamos todos, la tecnología debe servir a la sociedad en dos aspectos: Mejorar la calidad de vida de las personas, y garantizar un acceso sin obstáculos para todos.

Es importante tener en cuenta que la tecnología no es una solución mágica para todos los problemas de los proyectos sociales. La educación, sensibilización y formación sobre cómo utilizar adecuadamente la tecnología y cómo integrarla en el trabajo diario son fundamentales. Una herramienta mal empleada puede ser una pérdida de recursos enorme, y en una startup, donde los recursos son escasos, es especialmente importante asegurarse de que se utilicen de manera efectiva. También debe tenerse en cuenta que la ayuda social se divide entre miles de entidades y asociaciones, muchas de las cuales no tienen una capacidad digital tan avanzada para implantar estos procesos, por ello hay que trabajar siempre con el cuidado necesario para dinamizar procesos adecuados para cualquier nivel de digitalización, evitando que estos proyectos más pequeños queden desconectados. 

Uno de los sistemas que da respuesta a esta necesidad de transparencia y digitalización a través de las start-ups, es el blockchain, tecnología descentralizada que registra y valida las transacciones de manera segura y transparente. Su principal característica es la inmutabilidad, lo que significa que una vez que se registra una transacción en la cadena de bloques, no puede ser modificada ni eliminada. Esto proporciona una capa adicional de confianza y verificación en las operaciones realizadas. En el ámbito de los proyectos sociales, la transparencia es fundamental para construir relaciones de confianza tanto con los beneficiarios como con los donantes y las partes interesadas. Una de las aplicaciones de este sistema es la posibilidad de que las personas conozcan cómo se están utilizando sus recursos y cómo se están logrando los resultados esperados. Esto no solo fortalece la confianza en la organización, sino que también ayuda a garantizar una mayor eficiencia y rendición de cuentas en la implementación de los proyectos.

Además, el blockchain permite la tokenización de activos y la digitalización de procesos y operaciones, lo que puede contribuir a la sostenibilidad de los proyectos sociales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la implementación del blockchain requiere un enfoque estratégico y un conocimiento profundo de sus capacidades y limitaciones. No es una solución milagrosa, sino una herramienta poderosa que debe utilizarse de manera responsable y ética. 

Por otra parte, esta herramienta tiene la capacidad de establecer relaciones más conectadas con las comunidades solidarias. Además de que cualquier persona puede acceder a la información sobre cómo se utilizan los recursos y qué impacto se está generando, el blockchain también permite una mayor participación y colaboración en los proyectos sociales. Mediante el uso de contratos inteligentes, que son programas informáticos autónomos que se ejecutan en el blockchain, se pueden establecer acuerdos y condiciones transparentes para la distribución de fondos y la implementación de acciones. Esto crea un entorno confiable en el que los participantes pueden interactuar de manera segura, sin la necesidad de intermediarios o terceros de confianza. Las personas que quieran ayudar pueden involucrarse de manera activa en la toma de decisiones y aportar sus conocimientos y experiencias para mejorar los proyectos sociales.

Con todo lo comentado, la oportunidad que ofrecen estos sistemas es muy ambiciosa pero requiere de tiempo y trabajo, por ello es indispensable la colaboración activa para que estas soluciones puedan integrarse poco a poco en el sector social. Las startups sociales también deben transmitir la trazabilidad y transparencia digital de forma didáctica y accesible. Es normal que este tipo de tecnologías resulten intimidantes o complicadas para aquellos que no están familiarizados con ellas. Es labor del agente que digitaliza, poder ayudar a superar esta resistencia al cambio al educar y sensibilizar a sus comunidades sobre el valor y la utilidad de la tecnología, y al demostrar cómo puede ser utilizada para mejorar la vida de las personas. Las empresas, por su naturaleza, tienen un gran impacto en la sociedad, así que es su responsabilidad hacer que este sea positivo, comprometiéndose con su entorno.

La tecnología no debe ser vista como una barrera para la humanización de los proyectos sociales, sino como una herramienta que puede potenciar el impacto positivo en las comunidades porque la tecnología sin personas no es más que una fila de ceros y unos, pero cuando se combina con el poder de las personas, se convierte en una herramienta poderosa capaz de transformar. Las personas son quienes impulsan el cambio, diseñan estrategias, establecen metas y se comprometen con las comunidades. La tecnología puede amplificar su impacto, brindando nuevas formas de comunicación, acceso a información y herramientas para la colaboración. Es la combinación de la empatía y la creatividad humana con las capacidades técnicas de la tecnología lo que permite generar soluciones innovadoras y escalables.

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