El término Industria 5.0 tiene su origen y base en el propio concepto de «Industria 4.0», acuñado en Alemania en 2011, como un proyecto de futuro y parte de su estrategia de alta tecnología como país, repitiendo, de alguna manera como ya lo habían hecho anteriormente y que tan buenos resultados les había dado.

Originalmente se centró, no solo en cumplir mejor con los requisitos económicos, sino también con los requisitos ecológicos especiales de la «producción verde» para una industria neutra en carbono y energéticamente eficiente. El término Industria 4.0 fue ampliamente desarrollado por el gobierno alemán junto con ministerios y organismos con una clara intención de continuar liderando la industria europea y, poco a poco, los intereses ecológicos y de sostenibilidad, fueron dejados en un segundo plano centrando los esfuerzos en convertir al país en el proveedor de fábricas del mundo. Siguiendo la estela alemana, Europa al completo e incluso los Estados Unidos y China empezaron a adoptar en parte los conceptos abordados, centrando sus esfuerzos de manera clara en la implantación de tecnología en los entornos manufactureros.

 

Industria 4.0 revisada

Durante los más de diez años de vida, la Industria 4.0 se ha centrado menos en los principios originales de equidad social y sostenibilidad, y más en la digitalización y las tecnologías impulsadas por la IA para aumentar la eficiencia y la flexibilidad de la producción, tal como hemos venido haciendo en Mas Ingenieros. Y cuando hablamos de producción, enfrentarse a potencias que nos superan en tantos ámbitos, parece un tanto atrevido. 

Tratando de reenfocar el concepto y de buscar alguna manera de competir, Europa revisó el concepto de Industria 4.0 en los últimos años. El concepto de Industria 5.0 proporciona un enfoque diferente y destaca la importancia de la investigación y la innovación para apoyar a la industria en su servicio a largo plazo a la humanidad dentro de los límites del planeta. No es más que volver a los orígenes y considerar nuevamente los enfoques humanista y de sostenibilidad que se habían perdido por el camino.

La Industria 5.0 no deja de ser una vuelta al principio, ni siquiera una derivada de la Industria 4.0, pues se vuelve a referir a un cambio fundamental de nuestra sociedad y economía hacia un nuevo paradigma, tratando de relacionarlo con un nuevo enfoque de sociedad, transformador y que intenta equilibrar el desarrollo económico con la resolución de problemas sociales y ambientales. No se limita al sector manufacturero, sino que aborda desafíos sociales más amplios basados en la integración de espacios físicos y virtuales. La sociedad 5.0 es una sociedad en la que las tecnologías de TI avanzadas, el Internet de las cosas, los robots, la inteligencia artificial y la realidad aumentada se utilizan activamente en la vida cotidiana, la industria, la atención médica y otras esferas de actividad, no principalmente por la ventaja económica sino por el beneficio y la comodidad de cada ciudadano.

Recordemos que una de las dos maneras de generar innovación (la otra sería la investigación, donde los descubrimientos a menudo encuentran aplicaciones que innovan nuestras prácticas existentes), sería la evolución de la sociedad, pues nos adaptamos a las necesidades y realidades sociales emergentes mediante la búsqueda e implementación de nuevas soluciones. En este sentido, la política industrial debe proporcionar las mejores condiciones para que florezca la innovación y orientarla para que nuestra sociedad se beneficie y que respetemos los límites del planeta.

 

Conclusiones

El término Industria 5.0, si bien trata de dar un ámbito mayor (tal como lo era en un origen) al propio de Industria 4.0, sigue adoleciendo de una ambigüedad que provoca no pocas confusiones. Hablar de industria nos lleva, por una parte, a pensar en manufactura, en plantas fabriles y dejamos de lado muchos otros negocios que no se ven identificados. Quizás algo más genérico como “Negocio 4.0” hubiera sido más acertado.

Pensar en Industria 4.0 es sinónimo de tecnología, solo tecnología. Interlocutores “tecnólogos” con una visión parcial y sesgada del negocio, con un enfoque tecnológico. ¿Seguirá siendo el foco la tecnología?

Durante mucho tiempo, este foco tecnológico se ha centrado también en un aumento de producción, en una eficiencia productiva que nos obliga a seguir compitiendo con gigantes con los que tenemos la batalla perdida desde el inicio. Los tiempos de fabricar más y a menores costes pasaron hace mucho tiempo.

Esa visión con un enfoque de sostenibilidad, siendo necesaria, ¿será la que le permita a Europa resurgir?¿Es ahí donde debemos poner el foco?¿Nos copiarán el resto de países?

¿Volverá Europa a quedarse rezagada con este tipo de iniciativas? ¿Copiará nuestra competencia aquello que más le interese mientras nosotros nos seguimos pegando tiros en un pie?

¿Podría Europa, quizás, aprovechar su cultura, su supuesta «libertad» ciudadana, para ejercer de «pull» que tire de la innovación? ¿Lo podemos hacer coexistir con los límites del planeta?

 

 

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