La transformación digital ha traído grandes ventajas en casi todos los sectores: teletrabajo, compras en un clic, trabajo colaborativo en la nube, almacenamiento y análisis de datos, entre otros. Si echamos la vista atrás, muchas de las acciones cotidianas o de los protocolos en empresas e industrias se han transformado y digitalizado en los últimos años.

Pero estas oportunidades han generado también grandes retos en materia de seguridad y ciberseguridad. Desde acceso a contenido inapropiado a fraudes y estafas, pasando por robo de datos, el entorno digital multiplica los riesgos. Se trata, además, de un campo en continuo crecimiento y expansión, pues los avances tecnológicos no dejan de producirse y, con ellos, nuevos ámbitos en los que es necesario implementar herramientas que garanticen la operatividad con seguridad. 

Según indica S21sec en su informe semestral, Threat Landscape Report, España fue el octavo país más atacado por ciberdelincuentes en 2023. A ello se suma la necesidad de formación en competencias tecnológicas en el grueso de la ciudadanía. 

Los casos reales que recoge el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) dejan en evidencia que nadie está fuera del objetivo de estos ciberdelincuentes con campañas dirigidas a empresas, infancia, población mayor y cualquier usuario de internet. 

Por lo tanto, se ha demostrado la importancia de proteger los datos con los que operamos en la red y la integridad de todos los usuarios que pueden ser víctimas de este tipo de delitos. La necesidad de implementar este tipo de tecnología en hogares, empresas e industrias provoca oportunidades de negocio en el sector para las startups y se refleja en el incremento de empresas que ya desarrollan estas aplicaciones. Según datos del Observatorio Startup de la Comunidad Valenciana, elaborado por Startup Valencia, la ciberseguridad ocupaba el quinto puesto en el ranking de nuevas startups creadas en 2023 en su clasificación por tecnologías. El año pasado las startups dedicadas a la ciberseguridad crecieron un 6,67%.

Como ejemplos de las soluciones que se desarrollan en el ecosistema innovador y tecnológico valenciano podemos destacar algunas startups valencianas como Barbara, la plataforma Edge AI que mejora la eficiencia operativa y minimiza los riesgos financieros y de reputación con una mejora de la ciberseguridad en el Edge Computing, Secture, que ofrece servicios de software, seguridad digital y escalabilidad técnica, o Minteandome, una solución de infraestructura tecnológica enfocada a startups y modelos de negocio, que permite crear, gestionar y desplegar activos digitales.

También encontramos a Internxt, la nube que crea herramientas para conseguir un internet más seguro y privado que respete a sus usuarios, o Datamaran que ha desarrollado un SaaS que automatiza procesos para identificar y monitorizar riesgos externos y oportunidades vinculadas a problemas ESG. También destaca, entre otras, Trustworks, que proporciona tecnología a los equipos de privacidad, alimentado por una comunidad de expertos en privacidad humana.

En conclusión, el panorama digital actual, caracterizado por su constante evolución y la creciente dependencia de tecnologías avanzadas, subraya la importancia crítica de la ciberseguridad. No es solo una cuestión de proteger activos digitales, sino de asegurar un futuro donde la innovación y la seguridad caminen de la mano. Las iniciativas y empresas mencionadas, desde Barbara hasta QueryLayer, ilustran el dinamismo y la adaptabilidad del sector frente a los desafíos emergentes, demostrando que la inversión en ciberseguridad no es solo una medida defensiva, sino un pilar fundamental para el crecimiento sostenible en la era digital. 

A medida que avanzamos hacia un mundo cada vez más conectado, la responsabilidad de proteger nuestra infraestructura digital recae tanto en individuos como en organizaciones, haciendo de la ciberseguridad no solo una herramienta indispensable, sino un compromiso colectivo hacia un ecosistema digital seguro y resiliente.

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